viernes, 7 de junio de 2024

Pero supongamos... (El experimento humano) -Demasiado suponer II-

Sobre el punto 1, el tema de viajar por el cosmos.


Supongo que es una premisa bastante asumible. Seguramente el más asequible entre los presupuestos planteados, aunque el cómo es todavía un desafío para la ciencia de nuestros días.


Sobre el punto 2, la idea del esclavo genético.


Aquí es donde se empieza a poner interesante y está bastante desconectado del ámbito del punto anterior.


Se aventura una “solución” a lo que en términos marxistas sería la vieja lucha de clases mediante genética y posiblemente una gran falta de ética. Sería un tipo de esclavitud futura que solventaría uno de los principales problemas de la economía que es el reparto de la carga de trabajo, así como de sus frutos.


La ventaja es que una vez diseñado el código genético, lo único que hace falta es paciencia. Es una tecnología autorreplicante al modo de las sondas de VonNeumann. Pero por si la idea es ya poco turbia de por sí y entraña pocos dilemas existenciales, a lo Blade Runner, la idea de la posible hibridación accidental lo sitúa aún más lejos de cualquier parámetro moral.


Como justificación parcial, dada la distribución de los diferentes perfiles étnicos sobre el globo, cabe especular con algún tipo de ensayo. O diversidad de especialización, caso contrario cabría esperar mayor homogeneidad. Coincidiría con los diferentes estilos de los restos megáliticos hallados en diversos puntos del planeta a razón de lo diferentes grupos de trabajo.


Claro que, en función de los parámetros de tiempo en que nos movamos, las heterogeneidad étnica observaba bien podría deberse a la adaptación a los diferentes contextos.

La noción del tiempo puede ser muy relativa. La cucarachas nacen, crecen, se reproducen y mueren. Eso decía un anuncio de los 80. Sin embargo se conoce al menos una medusa que es capaz de revertir el ciclo del envejecimiento, por diferencias genéticas. Escaparía por lo tanto a esa noción tradicional de vida, similar a la del citado anuncio.


Desde luego no parece que este tipo de máquinas orgánicas sea el método más rápido, pero en vista de la capacidad de replicación presentan una evolución exponencial.

Y alguien que no tenga un problema de envejecimiento quizás valore más resultados a largo plazo.


También en Blade Runner los replicantes presentaban una fecha de caducidad, en la realidad un cardiólogo podría explicar que, en cierta manera, los latidos están contados. Tal vez una manera de garantizar una conciencia limitada del contexto en que tales individuos se hallan.


Lo que no cuenta Blade Runner es que el origen del Nexus 6 sería algo mucho menos glamuroso que la última tecnología:

https://gacetinmadrid.com/2024/06/06/detenido-trabajador-violar-cabra-en-ucm/


Pero eso corresponde más al punto 4 sobre la hibridación.



Sobre el punto 3, el tema del oro.


Sí es bonito. A simple vista no muy diferente de la pirita, el llamado “oro de los tontos”. Pero la verdad es el oro tiene algunos rasgos especiales que vale la pena tener presentes.


Es un material que se considera escaso, y es natural puesto que el elemento aurum se piensa que proviene de reacciones en supernovas, que resultan tal vez los fenómenos más violentos del cosmos que conocemos, y no tan frecuentes. Creo que hay un par de ejemplos en el último milenio.


El resultado es que es una sustancia más elaborada en su capa electrónica, más pesada, que otros elementos más primigenios y comunes. Por la economía de mercado sabemos que a mayor escasez, mayor precio. E incluso por más sabemos que a mayor escasez, mayor trabajo y a mayor trabajo mayor coste, luego, precio.


Pero lo cierto es que el oro para la humanidad no ha sido más que un elemento decorativo. No es una metal con un valor estratégico para la guerra, como sí lo sería el acero. Pero sí que se ha terminado imponiendo como medio de intercambio de referencia.


Para crear un medio de intercambio es requisito indispensable que haya una demanda de éste. ¿Pero quién soportaría una demanda tan alta para convertir en medio de intercambio un metal en principio accesorio como el oro? Pues seguramente alguien para quien no fuera accesorio.


Y algunas cosas hemos aprendido sobre el oro: de todos los elementos que conocemos es el segundo mejor conductor de electricidad, después de la plata. La diferencia es que la plata se oxida y el oro no. Pero además, si hay un segundo material como un papel tradicional de medio de intercambio es precisamente la plata.


Pero no sólo eso, además resulta altamente biocompatible. Y es un dato interesante en tiempos en los que se empieza a hablar de transhumanismo. A determinar el papel que pueda tener el titanio en todo esto, que como todos sabemos por los implantes dentales también presenta el rasgo de biocompatibilidad.


Sobre el punto 4, la hibridación.


Por poco que los dioses hicieran al ser humano “a su imagen y semejanza”, algo podríamos saber de la naturaleza y la pulsión reproductiva, aunque sin duda ésta podría haber sido calibrada en función de las necesidades. También de perversiones y aburrimiento. ¿O tal vez se trató de un pequeño acto de amor revolucionario?


A estas alturas a nadie se le deberían escapar los paralelismos con relatos con el de los llamados annunaki o incluso la iglesia de la cienciología, cuando no la propia biblia.

La narrativa más tradicional sumeria, siempre según Zitchin, que si no me equivoco es de donde emana toda esa corriente interpretativa, se refiere a Enki y Enlil enemigo y amigo de la humanidad.


Cabe señalar que en las traducciones de lenguas muertas muchas veces vemos lecturas en las que se asume que el sujeto es un individuo cuando cabe sospechar que a veces puede referirse a hazañas que corresponden más a una nación, pueblo o similar tipo de colectivo, encabezadas seguramente por una suerte de líder. En el caso concreto que se mencionaba bien pudiera tratarse de facciones, o esa es la impresión que podría derivarse de alguna de las traducciones de la epopeya de Gilgamesh disponible, que no en vano se considera el texto más antiguo conservado.


Uno de los problemas, ya no de las traducciones, si no de la comunicación y más cuando deviene en mito o en símbolo es que la lectura metafóricas pueden ser muy amplias. Desde el Prometeo que roba el fuego a los dioses hasta el Cristo que se sacrifica por la humanidad.


Y todo esto que puede parecer muy lejano en realidad es todo lo contrario, son conocidos hoy en día los casos de abuso a trabajadoras en el campo, que al fin y al cabo sería una situación que guarda una cierta analogía con la planteada.



Sobre el punto 5, la revuelta.


Creo que esta es mi parte favorita. Ya no por el hecho sí si no porque el abanico de posibilidades se abre aquí como una flor.


Una diferencia importante es si “el experimento humano” resulta conducido por el consenso general de un colectivo o por una facción determinada dentro de este. El relato tradicional nos habla de dos posiciones, pero otros relatos también hablan de hacer sacrificios humanos para garantizar que salga el sol, así que es difícil saber de qué fiarse. La historia del poli bueno y el poli malo también nos la conocemos todos, por más que muchas veces sea así.


Lo cierto es que si uno asume que el desarrollo intelectual y ético presentan cierta consonancia, no parece demasiado claro que el conjunto de una gran sociedad pudiera avalar tales prácticas, aunque por otro lado nuestra propia historia nos provee de experiencias colectivas muy escoradas de un cierto criterio ético general, de existir tal cosa.


Sea como fuere sí parece que los tiempos hubieran cambiado bastante desde que reinaran aquí los dioses. Y especulaciones se pueden hacer a cada cual peor: en el mejor de los casos habrían sido expulsados, claro que también cabe la posibilidad de que la propia facción pro humana (lo que vendrían a ser los animalistas) terminara por imponerse.


Más grises aún, incluso peligrosas, son las ideas de que hubieran quedado diluidos en la sociedad humano aún hoy viviendo de las rentas de su trabajo, ya fuera públicamente o desde cierto anonimato. Aunque si reparamos en el propio concepto de linaje real y ahondáramos en sus orígenes, ya fuera la fuera la reclamación falsa o verdadera, no andaríamos tan lejos de esas tesis. ¿De dónde vienes los reyes? ¿De oriente?


Tal situación bien podría formar parte del supuesto vacío de poder creado, si es que eso ha sucedido. O aún habiendo sucedido aún cabría la posibilidad de que dentro de algunos milenios, siglos o mañana mismo, alguien se presentara aquí a buscar su oro.


Tal vez simplemente el experimento fuera abandonado a su suerte tras el incidente de hibridación no previsto. O tal vez aún hoy se monitoree la evolución de dicho experimento, aunque si le preguntas a un ser humano su sensación tal vez se asemeje a hallarse perdido en mitad de la nada.


Tal vez el lío que tengamos aquí montado no sea ni medio normal. Las narrativas que nos damos a nosotros mismos suelen ser mucho más trascendentales, menos mundanas , pero las tesis antropocéntricas de las que tales relatos suelen abastecerse se han venido demostrando repetidamente erróneas por la vía de los hechos. Tal vez haya llegado el momento de valorar otras posibilidades e interpretaciones a la hora de examinar nuestros orígenes con la mayor dosis de autocrítica que permiten las sociedades modernas.


No obstante, en cuanto a los que vienen a conocerse como profetas, hacen pensar que el ser humano quizás no esté tan solo o por lo menos no tan desconectado de la esencia del todo.


Sin embargo quedan varias preguntas por responder, si no todas: ¿finalizó realmente el conflicto entre esas supuestas dos facciones? ¿existen garantías de cumplimiento de ese hipotético consenso alcanzado? ¿O hay que contemplar un escenario mucho más errático? ¿más partes incluso de las aparentes? Difícil de decir es.


Lo cierto es que de las grandes obras en piedra no quedan más que sus olvidadas e incomprendidas ruinas, barrida su memoria por el viento de los milenios. O quizás los que no saben son sólo aquellos que nunca llegaron a saber.


O quizás esto fuera un edén feliz y ante el advenimiento de un cataclismo simplemente hicieran las maletas y se dirigieran a pastos más verdes. La verdad es que no soy un gran apasionado de este planeta, en la mayoría de sitios ahora frío, ahora calor… y si no ahora lluvia ahora sequía.


Quizás ni siquiera esperaban una tasa significativa de supervivencia y estimaran la extinción.

Lo que hoy conocemos en economía como reducción de costes en realidad tiene en última instancia que ver con la física de la energía que requiere un trabajo dado.


Tal vez no se requiera tanto para desviar un meteorito que pueda barrer a los grandes saurios para hacer espacio pero sin duda requiere invertir un esfuerzo.

Bien podría ser también casualidad, pero encaja demasiado bien con la narrativa propuesta como para no mencionar la posibilidad.


Múltiples variables y escasos datos es una mala combinación que no impide sin embargo atreverse a trazar a algunas pinceladas, aunque tal vez no formen parte del retrato final.


Sobre el punto 6, la búsqueda de los orígenes.


Un busca por definición algo que no tiene. Si lo tienen, no necesita buscarlo.


Y es muy normal que la memoria, la tradición oral antes que el legado escrito, tenga un alcance limitado. Lo que no es tan normal es del modo que suelen darse la descripción de tal circunstancia.


Si me preguntaran a mí, y supongo que a cualquiera por los propios orígenes, hablaría de su árbol genealógico hasta donde tuviera constancia, no hablaría de “cuando reinaron los dioses”. Indudablemente las dinámicas de poder so un factor a tener en cuenta, pero el argumento divino para reinar no es el más obvio, como si lo es el del monopolio del uso de la fuerza.


Lo puedes probar aún incluso en estos días: di a la gente que te obedezcan porque te envía dios y seguramente no tardes en encontrar dos hostias. Y por lo que cuentan de hace 2000 años ni aunque sea verdad.


Sobre ese caso particular, me viene a la mente la mucho más reciente aventura de un hombre seguramente bienintencionado que se dirigió en canoa a la isla centinela del norte, donde habita aún una tribu no contactada que lo recibió a flechazos acabando con su vida.

Los dioses foráneos igual no están bien vistos en todas partes, no cabe subestimar las dinámicas de poder. Aunque sin duda griegos y egipcios se deshicieran en esfuerzos diplomáticos para poner en común sus cosmovisiones.


Mi impresión es que eran localizaciones independientes cuyo denominador común es precisamente la pieza ausente del escenario y precisamente de ahí es desconcierto.


Pero si hemos de hablar de algo más aproximado a certezas, el papel divino es una constante en los mitos fundacionales de las primeras culturas. Tal vez lo que se describe es algo distinto a las limitaciones la memoria y no sólo planteamientos filosóficos de la existencia.

Los egipcios llegaron a poner su lista de reyes por escrito, ya sea real o ficticia, de sangre pura, impura o mestiza. Aunque a juzgar por los periodos de los reinados se diría que no presentaban una longevidad humana. Dioses zoomorfos. Si miramos al otro lado del océano, seguramente en fechas muy muy posteriores, Viracocha no presentaba rasgos tan exóticos, más allá de ser pelirrojo en una latitud poco habitual para ello.


Apostaría por Egipto como el lugar donde mejor se han conservado los diluidos y lejanísimos ecos de ese pasado olvidado, de esa historia deformada por el mito.

De lo que hubo en Egipto antes del Egipto clásico: el canon real de Turín podría ser uno de los documentos más valiosos de la humanidad.


La importancia de interpretar correctamente lo que supuso el reinado de Akenatón y ahondar en sus causas no se puede exagerar, podría ser una pieza clave para entender el escenario.


También multitud de narrativas hablaban de las enseñanzas recibidas, sin estar en posición de aclarar si forma parte de la instrucción prevista de la herramienta humana o fue una manera de tratar de reconducir el caos creado. Tal vez, tras ese supuesto cataclismo que en la mayoría de tradiciones se suele catalogar de diluvio, encontraran de vuelta algo muy distinto a lo esperado, quizás a causa de la supuesta hibridación.


Tan difícil de dilucidar es como si realmente estamos solos o todo lo contrario.

Lo que advirtió Fermi es se trata de una situación aparentemente paradójica, aunque sin duda se han ensayado infinidad de posibles respuestas para tal cuestión. Más aún si cabe que para la de nuestros propios orígenes.


Sobre el punto 7, que plantea una analogía de roles.


Dese el primer punto se plantea que un dilema que podría parecer a una distancia del todo insondable, tal vez pudiera estar mucho más cercano que lo que cabe imaginar.

Lo suficiente por lo menos para poder entrever las sombras desde la caverna, que diría acertadamente Platón.


Tal vez estemos más cerca de lo que nos pensamos, si no de cerrar la cuestión, de dar una gran salto en la repuesta que podemos ofrecer a las tres preguntas inmortales de la filosofía, y por lo tanto del propio misterio de la vida:


¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos? ¿De donde venimos?


De donde venimos nos dirá quienes somos, y quienes somos nos dirá a donde vamos.


Si además esa repuesta implica el hecho de no estar solos en el universo, es sin duda alguna la cuestión más trascendental que atañe a la especie humana. Aunque visto aún desde mayor distancia, nada cambia la relfexión de Sagan y al final todos somos polvo de estrellas.



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