sábado, 7 de enero de 2017

El informe Dyatlov


C O N C L U S I O N E S:

Se ha llegado a referir el incidente como “del más alto grado de complejidad” y lo cierto es que no está exento de ella.

De la infinidad de hipótesis que se han planteado no existe ninguna en posición de justificar el conjunto de evidencias tan aparentemente dispares, incluso en algunos puntos casi contradictorias.

Cuando no existe un solo factor que pueda determinar el desarrollo de los acontecimientos cabe sopesar la posibilidad de encontrarse ante un fenómeno multifactorial.

Si ninguna hipótesis por sí sola basta para explicar satisfactoriamente lo acontecido tal vez dos o más sí puedan hacerlo.

Repasemos los puntos clave de la evidencia disponible:

1.Radiactividad
2.La extraña coloración de los cuerpos
3.Heridas por compresión
4.Heridas peculiares y diferenciadas en algunos individuos
5.Erosiones y hematomas de diversa consideración en todos
6.La tienda rasgada desde dentro
7.En calcetines sobre el hielo
8.Luces naranjas en el cielo
9.Las últimas fotografías

Más allá de eso, se añaden rumores o testimonios difíciles o imposibles de contrastar:

10.Menk
11.La polaina militar
12.El rumor de los 11 cuerpos

Lo que sigue es sólamente un ejercicio de reflexión en clave de ficción que analiza los puntos señalados en busca de sus posibles causas sin que ello implique necesariamente coincidencia alguna con lo allí sucedido.

1. RADIACTIVIDAD

A primera vista puede parecer el punto más chocante de toda la historia y se ha podido querer buscar la explicación a través del fenómeno OVNI, más aún teniendo en cuenta las extrañas luces en el cielo de los Urales avistadas por diversos testigos por aquellas fechas, incluso el mismo día del incidente.

Sin estar en posición de descartar tales cuestiones si que cabe señalar que no se necesita acudir a ellas, por lo menos en cuanto a la cuestión de la radiactividad, ni a otras tanto o más espectaculares.

Lo cierto es que si se revisa cuidadosamente la evidencia se trata de tres prendas concretas cuya contaminación cae con margen dentro de los límites de seguridad.

Este escenario encaja mucho mejor con las operaciones, conocidas por la KGB, de venta de secretos de instalaciones nucleares a potencias extranjeras utilizando dichas prendas como medio de prueba acerca de la información ofrecida. Sobre todo cuando se establece que dos de los integrantes de la expedición trabajaban en la industria nuclear, uno de ellos incluso en un laboratorio secreto. O esa es la información que ha trascendido.

Aún dentro de tal escenario queda la duda de si estamos ante una operación de espionaje o de contraespionaje, extremo éste mucho más delicado de establecer. Pero la radiactividad está muy lejos de ser la cuestión más difícil de encajar en este rompecabezas.

2. LA EXTRAÑA COLORACIÓN DE LOS CUERPOS

Al parecer al celebrarse los funerales se podría haber dicho que los difuntos eran casi africanos. Según testigos presentaban una coloración oscura y anaranjada. Se sabe que los muertos por inhalación de CO2 adquieren una coloración rosácea, no hace falta dejar correr mucho la imaginación para pensar en algún tipo de gas que pudiera arrojar consecuencias análogas.

Sin embargo, teniendo en cuenta las condiciones de frío extremo, no se hace necesario en absoluto
para explicar el estado de los cuerpos, cabiendo dicha circunstancia dentro de los cuadros de hipotermia severa que presentaban los fallecidos.

También otras señales parecían apuntar en la dirección antes señalada, como la secreción grisácea que surgía de la boca en uno de los cuerpos. Pero también en ese punto particular cabe otra explicación, como veremos más adelante.

3. HERIDAS POR COMPRESIÓN

Una de las cuestiones sutiles pero arduas de resolver es el tipo de fracturas por compresión que presentaban algunos de los cuerpos, sin afectación a los tejidos blandos.
No son un tipo de lesiones que pueda causar cualquier golpe, son compatibles con los efectos de una onda expansiva y probablemente tal vez con los de una avalancha.

Eso abre otros problemas, no se ofrecen testimonios de detonaciones en la zona en que se hallan los cadáveres y dada la naturaleza de la operación de rescate parecería difícil ocultar algo de tal naturaleza. Si bien, otra vez, no se está en posición de descartarlo tal vez haya una explicación más sencilla estando rodeados de nieve.

Sin embargo, dada la leve inclinación que presentaba la ladera donde la expedición acampó, tampoco parece la explicación mediante avalancha del todo satisfactoria. Por lo menos no de forma aislada y difícilmente justifica otros detalles.

4. HERIDAS PECULIARES Y DIFERENCIADAS EN ALGUNOS INDIVIDUOS

Ésta si es una cuestión sumamente llamativa y no menos difícil de explicar. Una salida fácil es atribuirlo a causas post mortem sin determinar de qué causas se trata, dando a entender tácitamente la culpabilidad de carroñeros u otra fauna.

Sin embargo el planteamiento fracasa si se ve con detalle la naturaleza de las heridas. En varios de los cuerpos parte del rostro que corresponde a las cejas y arcos supraciliares se halla ausente, pero en otro caso la lengua, en otros casos los globos oculares estando a muy poca distancia unos cuerpos de otros. En otro cuerpo más alejado no se halla la nariz.

Por otra parte uno de los cuerpos presenta unas reveladoras heridas en los tobillos que no se hayan en ninguno de los demás. No todas las lesiones se pueden atribuir a causas post mortem así que sin descartar la posibilidad de los carroñeros la evidencia requiere plantear otras.

5. EROSIONES Y HEMATOMAS DE DIVERSA CONSIDERACIÓN EN TODOS

Todos los cuerpos presentan heridas de diversa consideración, en muchos casos golpes severos en el cráneo, otros también lesiones por compresión en la cabeza u otras partes.

Pero, en lo que es tal vez una de las mayores contradicciones, no parecieron hallarse entre las huellas en la nieve que se localizaron señal alguna de lucha. Podría intentar explicarse mediante una posible avalancha todo este tipo de erosiones y contusiones pero sigue sin alcanzar para justificar otras. Podría justificar sin embargo la ausencia de dichas señales y huellas pero de hecho las huellas que se identificaron estaban próximas a la tienda y desaparecían en dirección al bosque.

También hay otras mucho más claras como las que presentan dos individuos en el interior de los muslos y en las palmas de las manos, que intentaron y consiguieron subir a un árbol, a juzgar por el estado de algunas ramas. Seguro que para obtener leña, tal vez también para protegerse, requerirá analizar la situación con detenimiento.

Inconfundible es también el hematoma en la parte anterior del muslo en uno de los cuerpos producto de trocear leña sin herramienta alguna en el modo más apresurado posible. Máxime teniendo en cuenta que se dispone de un calzado deficiente como se verá.

6. LA TIENDA RASGADA DESDE DENTRO

Algo que puede ser obvio para todos es que uno no rasga la tienda de campaña que le ha de mantener caliente, y eso en este caso es casi la diferencia entre la vida y la muerte, si puede salir por la ranura abotonada a tal efecto.

Menos evidente puede ser lo que esté bloqueando la salida. Se suele atribuir al alud que quizás tuviera lugar. Sin embargo, tal como se encontraron los restos, dos de aquellos botones estaban fuera de su ojal, los dos de abajo. Es desde luego un indicio escueto al que agarrarse pero que no se puede pasar por alto, aún menos si sumado a otras evidencias apunta en una misma dirección.

Otra de las enormes contradicciones que se dan es que, a pesar de que la evacuación de la tienda parece llevada a cabo con un criterio de máxima urgencia, el traslado a la zona boscosa del grupo deja un rastro sin ningún signo de apresuramiento en la nieve. Salvo, eso sí, alguna ropa caída por el camino que dejaron atrás aún yendo medio descalzos y una linterna estando en la más absoluta oscuridad a un lado del rastro, otra encima de la tienda.

Analizando exclusivamente las huellas uno puede intentar establecer multitud de hipótesis que hacen aguas por todas partes antes de tener el valor de afrontar que parte de la evidencia podría no ser del todo fidedigna. No es la única información contradictoria. Salieron con muchísima prisa de la tienda pero caminaron a paso normal descalzos sobre la nieve cuando morir de hipotermia en tales condiciones sería más una cuestión de minutos que de horas.

Algo no encaja, tal vez la supuesta avalancha y las lesiones que pudiera provocar puedan avalar tal conducta, así como que sólo se hallaran 8 pares de huellas de los 9 que de la tienda debieron salir.
Del mismo modo ha sido muy discutido el enclave de la acampada, incluso criticado responsabilizando al joven líder de la expedición del incidente. Tratándose como era el caso de un joven alpinista experimentado, igual que sus compañeros, parece difícil que hubieran plantado la tienda donde lo hicieron, lejos del bosque, sin un motivo de peso. Tampoco parece muy razonable el tipo de cortes que se hallaron en la parte superior de la tienda, en sentido horizontal, en la cara que daba a lo lejos a la arboleda. La única noche de la travesía que al parecer pasaron sin estufa además consintieron que escapara el valioso calor de su habitáculo, estando por añadidura más expuestos a un cambio de viento.

7. EN CALCETINES SOBRE LA NIEVE

El que mejor calzado iba llevaba una bota en un pie y otros dos iban con un calzado precario para el medio en el que se hallaban. Al parecer nada pudieron recuperar de la tienda desde que la abandonaran, a juzgar por las huellas encontradas, a un paso normal. Ni calzado, ni luz, ni armas. Ni agua ni víveres.

Parece difícil de justificar incluso mediante el traslado urgente de un herido grave y tiene que responder a una secuencia de acontecimientos muy precisa e improbable. De ahí su complejidad y el fracaso de las más diversas teorías en dar una explicación completa al incidente.

Dicen que sin comer se puede aguantar semanas. Sin beber, días, aunque en un páramo nevado cualquiera cambiaría una cantimplora por una caja de cerillas. Y es que sin la protección térmica adecuada el horizonte de la supervivencia es sumamente corto.

A pesar de todo, todos ellos caminaron más de un kilómetro hasta hallar el resguardo del bosque donde hicieron a toda prisa una improvisada hoguera. Las huellas se perdían a unos 500 m desde la malograda tienda pero dado el resultado final cabe suponer que fue así.

Viendo el desenlace de la expedición no se puede decir que ninguna de las decisiones que tomaron, o se vieron obligados a tomar, contribuyera finalmente a salvar sus vidas. Pero asumir que tenían mejores opciones a su disposición sea probablemente demasiado aventurado.

Es complicado justificar con la mera acción de la climatología, por adversa que pudiera ser, el hecho de que no pudieran acceder de nuevo al contenido de la tienda así como el de internarse en el bosque recorriendo la distancia mencionada. No estaban por lo tanto huyendo solamente del viento y la nieve. La naturaleza de diversas lesiones lo atestigua.

8. LUCES NARANJAS EN EL CIELO

Éstas observaciones, corroboradas por diversos testigos, o bien pueden utilizarse para explicar cualquier cosa de manera poco fundada o pueden resultar del todo inexplicables.
En el año 2013 se realizó una película basada en cierto modo en los sucesos que se analizan en estas líneas. No es que aporte gran cosa más allá del entretenimiento pero sí que parece tener un momento de lucidez extraordinario: uno de los protagonistas dispara una pistola de señales y acto seguido susurra para sí mismo “luces naranjas en el cielo”.

Ese tipo de bengalas ha servido desde hace mucho tiempo en navegación, antes de que hubiera GPS, también en Vietnam se utilizaban como marcadores botes de humo de diversos colores y son señales luminosas, en definitiva, con las que marcar una posición, con larga tradición de uso militar.

Cualquier operación, aún coordinada por radio, que requiera marcar una posición de forma ágil y más o menos precisa podría valerse de tales medios. Claro que podría justificarse con las más diversas causas, desde el fenómeno OVNI a condiciones metereológicas inusuales pasando por cohetes, misiles y otros ingenios aéreos.

Sin embargo, de todas las causas posibles tal vez sea la primera mencionada la que pueda encajar mejor con el resto de la historia sin abrir más interrogantes de los que cierra.

9. LAS ÚLTIMAS FOTOGRAFÍAS

Algo parecido sucede con una fotografía que realiza la expedición, una luz desenfocada sobre un fondo nevado con un contorno negro, como si la cámara se estuviera ocultando de algún modo.
Se ha dicho que en realidad fue un “disparo técnico” en el momento del revelado y pudiera ser así.
Se podría relacionar de inmediato con el fenómeno lumínico descrito en el punto anterior, obedezca a una causa o a otra, pero lo cierto es que no hay necesidad de ello.



Incluso cualquiera de la linternas que la expedición portaba y que aún funcionaban cuando las localizó la operación de rescate (al menos una de ellas, según las fuentes consultadas) podría haber producido el efecto que quedó impreso en la película. Si hubieran podido volver a alcanzarlas, claro, cosa que al parecer no sucedió.

Más reveladora si cabe es otra imagen de la expedición por su claridad. Un documental relativamente reciente producido para televisión, a pesar del corte efectista del que suelen adolecer, realizó las comprobaciones oportunas en relación a la película.



En ningún caso tomaría este tipo de pruebas como evidencia por sí sola pero unido a otros indicios permite hasta cierto punto construir una historia y por lo tanto, también en cierto grado, una reconstrucción más o menos fundada de lo que pudo suceder.

10. MENK

Es un mito ampliamente extendido, desde norteamérica (sasquatch, bigfoot) a sudamérica (chupacabras) y como no en Asia (menk, yeti, entre otros).
En norteamérica es algo tan engarzado en la cultura popular que se llegó a producir una serie para televisión en los 80 (con película incluso) en la que una familia norteamericana adoptaba a un grandullón adorable y bonachón. La realidad que subyace es, por supuesto, muy distinta y suele ser la fuente de la que en mayor o menor medida se alimenta el mito.

Sucede de manera similar con las especies que se consideran extinguidas y un buen día vuelven a aparecer de no se sabe donde. Tal vez la vida se resiste a desaparecer un poco más de los que nos pensamos y aunque vea su hábitat drásticamente recortado y los ecosistemas en los que se desenvuelve seriamente afectados no carezca de tenacidad y contumacia suficientes para pervivir aún en drástico retroceso.

En ese sentido y frente a nuestra civilización, tal vez la discreción sea un don necesario. Y tal vez por ello la mayoría de personas que no tiene acceso a información de más calidad que las sitcoms que produce la televisión tenga una idea muy diferente de cómo funcionan las cosas que personas en otra jerarquía con acceso a otra información.

11. LA POLAINA MILITAR

Porque, ¿qué es un rumor? Algo que dice alguien, O que dijo y no se sabe si lo dijo o no, o quien lo dijo. No se sabe si es verdad. Tal vez miente, por cualquier razón. Tal vez se equivoca. En cierto modo es una información sin confirmar. Y, de nuevo, uno no puede construir una hipótesis apoyándose sólo en un rumor, pero si se presenta un rumor que viene a confirmar una teoría bien construida con otras bases se lo puede considerar casi como la garantía de validez de dicha hipótesis, la confirmación.

Por eso cuando el décimo integrante de la expedición, que salvó la vida gracias a una muy oportuna radiculitis, revisa las prendas de sus compañeros para identificarlas y halla entre ellas una polaina militar que declara, con toda seguridad, no era propiedad de ninguno de ellos, se puede hallar en el dato una respuesta clara más que un interrogante incómodo.

12. EL RUMOR DE LOS 11 CUERPOS

Pero si además aparecen más rumores de fuentes distintas cuyas informaciones convergen en apuntar a una dirección es que con toda probabilidad están señalando el camino correcto.
Y eso sucedió aquí, al parecer al equipo de rescate, mitad civil, mitad militar, no le salían las cuentas: se habían hallado 11 cuerpos y sólo se habían perdido 9 expedicionarios. O se rumor se produjo.

Podría deberse a una confusión de lo más elemental, por supuesto. Pero si sirve para explicar de donde salió la polaina entonces ya hay que tomarlo un poco más en serio. Podría ser tan sencillo como que llegue la noticia de que han encontrado 2 cuerpos dos veces y alguien cuente doble, los tome por otros dos y ya tenemos el rumor. Pero de hecho se encontraron 5 casi seguidos: 2 en el cedro y los 3 entre el cedro y el campamento de uno en uno. Luego los otros 4, primero 1 y luego juntos los otros 3, casi simultáneamente. ¿De dónde pudo surgir el rumor entonces? Bueno tal vez haya que contemplar la posibilidad de que sí fueran 11 los cuerpos hallados aún siendo 9 los expedicionarios.

Por supuesto los rumores, detalles e interrogantes que envuelven al incidente no termina aquí, los citados tal vez sean los más relevantes pero sin duda hay muchos más. Tampoco están las fuentes disponibles exentas de contradicciones en cuestiones factuales. No obstante constituyen un punto de partida, que será complementado puntualmente, para elaborar una

R E C O N S T R U C C I Ó N

Lo expuesto hasta aquí debería ser suficiente para cualquier observador perspicaz, aún así vale la pena hacer un pequeño resumen de lo inferido hasta ahora. Partiremos desde el último campamento retrocediendo en el tiempo cuando convenga para completar los hechos.

Recordar una vez más que lo aquí expuesto no es necesariamente lo que allí ocurriera y refleja más una línea de investigación inconclusa con la que poder abarcar un relato más o menos próximo a lo que pudiera haber acontecido. Dicho relato está sustentado en no pocas especulaciones y las afirmaciones que se hacen en él van más allá de la estricta evidencia.

El último día se asume que no encendieron la estufa de la tienda, lejos del bosque para obtener leña y habiéndose hallado ésta en el suelo de la tienda, (aunque otras informaciones apuntan a que fue por lo menos instalada) y acamparon sin ningún resguardo, en una posición elevada en la ladera de la montaña.

Viendo la fotografía de la figura entre la arboleda resulta evidente que alguien seguía sus pasos. La posición elevada, alejada de la protección de la intemperie que brinda el bosque unida a las rendijas realizadas en la tienda indican una posición defensiva. Algo les acechaba desde el bosque y más inteligente de lo que ellos supusieron.

Por lo menos uno de ellos contaba con experiencia militar y probablemente, siendo además el mayor con diferencia, tomara el liderazgo del grupo en algún grado o por lo menos tuviera una influencia notable en las decisiones. Aún así el líder oficial de la expedición mantuvo la posición esperada junto a la entrada de la tienda. Viendo que las rendijas horizontales abarcaban casi los 4 metros del habitáculo seguramente todos otearon el bosque en un cierto ambiente de nerviosismo.

Es muy posible que no todos vieran a su perseguidor y algunos se lo tomaran más a la ligera que otros, eso justificaría de algún modo el último testimonio escrito, esta vez no en los diarios si no en forma de periódico satírico (El Otorten de la tarde) que recoge insinuaciones acerca de las relaciones sexuales mantenidas en la tienda (se sabe que dos de los excursionistas eran expareja) y apuntando como de pasada que “los hombres de las nieves habita en el norte de los Urales”:


"1 febrero 1959

EDITORIAL

Damos la bienvenida al XXI Congreso de aumento del numero de nacimientos de excursionistas!

Ciencia


En el ultimo tiempo existe una viva discusión en círculos científicos sobre la existencia del hombre de las nieves. Segun los ultimos datos los hombres de las nieves habitan en el norte de los Urales, en la región del monte Otorten.

Seminario filosófico


El amor y las excursiones se llevan a cabo diariamente en los establecimientos de las tiendas (corpus principal). Las charlas las dicta el doctor Tibo y la PhD en amor, Dubinina.

Es un enigma armenio saber si una única estufa y una única manta pudieran brindar calor a 9 excursionistas?

Novedades tecnológicas


Trineos para excursionistas.

Son aptos para ir en tren, automóvil o a caballo. No son recomendables para transportar carga por la nieve.

Para consultas diríjase al constructor jefe, Kolevatov.

Deporte


El equipo de técnicos de radio compuesto por los camaradas Doroshenko y Kolmogorova establecieron un nuevo record mundial en instalación de una estufa de 1 hora, 02 minutos, 27,4 segundos.

Órgano de edición de la organización del sindicato del grupo Xibina".

Sabían lo que les perseguía. Esa breve sátira aporta en realidad más información de lo acontecido que todas las anotaciones formales de los diarios y fue seguramente el último testimonio escrito. Es muy probable que no tuvieran una certeza absoluta sobre el riesgo que corrían, de lo contrario hubieran dejado una constancia más explícita, se cernía sobre el grupo (y unos integrantes debieron ser más conscientes que otros) la sombra de un peligro. Suficiente para convencer al conjunto de tal vez renunciar a la estufa, quizás a buscar leña y sobretodo a acampar al amparo de la arboleda y a la propia integridad de la tienda.
A pesar de todo, los esfuerzos fueron en vano. Se vieron sorprendidos en mitad de la noche por el ser que les venía siguiendo y que lograron incluso fotografiar. Es muy probable que se turnaran para hacer guardia y no creo que se quedara todos dormidos a la vez, aunque dentro de la tienda debieron adquirir una falsa sensación de seguridad puesto que se descalzaron confiando en que podrían anticipar la amenaza que pudiera provenir del bosque.

La criatura (o criaturas) que les atacó sin embargo fue más cauta y probablemente efectuara algún tipo de maniobra envolvente. Si hubiera ido directamente desde el bosque a la tienda se hubiera detectado antes la amenaza por parte de los expedicionarios pero parece que no fue así.

En algún momento de la noche algo se acerca a la tienda, desabrocha dos de los botones de la entrada y palpando da con Dyatlov. Instintivamente éste se retira hacia atrás al ver el brazo extraño y tal vez incluso la cabeza introduciéndose por la tienda, patalea con los pies para defenderse. Tal vez busca a toda prisa un cuchillo lo que justifica el corte en su mano, lesión ligeramente distinta a las del resto.

Es agarrado fuertemente por los tobillos, el ser tira de él tratando de sacarlo de la tienda, el resto de expedicionarios tira de él para mantenerlo dentro en una lucha caótica. Es probable que escucharan algunos ruidos algunos instantes antes del ataque pero muy breves: sólo dos de los expedicionarios iban calzados precariamente y uno más pudo calzarse una bota.

La sensación de pánico tuvo que ser indescriptible. Los gritos debieron resonar por todo el valle. Cabe la posibilidad de los propios gritos dieran lugar a un pequeño alud que pusiera a la criatura en retirada por un tiempo pero es más probable que fuera como consecuencia de los disparos.

No de los expedicionarios, claro, difícilmente pudieron hacer uso de las pocas armas que tenían (un rifle, según algunas fuentes, y algunos cuchillos y hachas) en una situación tan caótica, con la tienda desmontándose sobre ellos (¿cayó entonces a causa del forcejeo la estufa ya apagada?) mientras trataban de mantener dentro a Dyatlov unos y, otros, antes o después, tratando de rasgar la tienda para abrir una vía de escape incluso antes de procurarse protección apenas de ninguna clase contra lo que les aguardaba fuera.

El ejército debía estar necesariamente en la zona como atestiguan por un lado la polaina que se encontró entre los restos junto al río y por otro las luces naranjas en el cielo, resultado de la señalización de los soldados tratando de cercar a la criatura. Además, el rumor de los 11 cuerpos hallados en lugar de nueve refuerza esta posibilidad y el hecho de que se encontrara una sola polaina indica que, de los otros dos cadáveres, que serían necesariamente de militares, es posible que uno resultara herido en una pierna y se llevaran su cadáver con una sola polaina.

Aquí se hace significativo que la expedición no siguiera el itinerario exacto que informó a las autoridades siguiendo el cauce de un afluente más al sur, tal vez entrando en un área en la que se estaría desarrollando una operación militar secreta que trataría de dar caza al Menk (lo cual podría justificar en cierto modo la agresividad de éste).

Cabe recordar que la operación de rescate oficial fue civil y militar pero, según algunas fuentes, existe documentación que atestiguaría que casi una semana antes de que esta misión empezara los militares ya estaban por la zona.

Se puede deducir que un grupo militar cercano a la posición de la tienda escuchara el incidente y llegará a tiempo para ahuyentar con algunos disparos al ser. Sin embargo no debieron hacer blanco puesto que no se hallaron restos de sangre sobre la nieve. Aunque los rastros sobre la nieve pueden ser cuestionados al igual que otras circunstancias del escenario del crimen como la posición en que fueron hallados algunos cadáveres, tal vez por obra de los militares, tal vez por obra de los seres que protagonizaron el incidente, tal vez por ambos en distintos grados.
Pero sí que podría ser que los disparos causaran un pequeño alud en la ladera que, además de poner momentáneamente a la/s criatura/s en fuga, justificaría las diversas lesiones por compresión que presentaban muchos de los expedicionarios, aunque en realidad estas se puedan explicar también mediante la interacción de ese ser o seres.

No es fácil decir cuántos militares pudo haber en primera instancia, parece razonable pensar que al menos dos fallecieron y sus cuerpos fueron retirados, y tampoco es fácil determinar si hubo uno o más seres desconocidos implicados en el incidente.

Lo que parece seguro es que alguien tuvo que borrar algunas huellas, ya sean el/los menk o los militares. La última foto realizada revela una luz en movimiento sobre la nieve fotografiada de forma semioculta por alguno los expedicionarios. Tal vez sea sólo “el disparo técnico” referido en algunas fuentes o tal vez dejaron constancia en realidad de ambos encuentros inesperados, aunque es difícil determinar el momento exacto en que se tomó la fotografía.

Lo cierto es que la avalancha como explicación de las heridas por compresión no se hace imprescindible ya que tampoco aparecen pruebas concretas de que ésta hubiera tenido lugar, además de la modesta inclinación de la ladera, aunque tampoco es del todo descartable.
La pista la puede dar en este caso uno de los cadáveres, hallado lejos de la tienda junto a la hoguera, cuya secreción hallada en la boca dio a pensar que podría haber muerto con algo presionando su cavidad torácica. A otros dos cadáveres se les encontraron varias costillas rotas con dos líneas de fractura. Tales lesiones podrían ser por lo tanto atribuíbles al perseguidor o perseguidores.

Si hemos de tomar por válidas (al menos parcialmente)las huellas que se encontraron hallamos que se dirigieron hacia el bosque probablemente cargando a alguien en volandas (se hallaron 8 pares de huellas sin calzar o con calzado poco apropiado y no 9) y no demasiado deprisa; a pesar de todo perdieron algunas de las prendas de ropa que se llevaron de la tienda por el camino, así como una linterna y otra que quedó posada sobre la propia tienda, luego, parece factible que estuvieran siendo alumbrados y a pesar de que las huellas no muestran signos de carrera si hay otras señales claras de que se hizo de forma muy apresurada.
Recuerda en cierto modo el retroceso paulatino que se suele recomendar ante el encuentro de un animal salvaje, tal vez bajo cobertura y con la intención de volver una vez puestos los heridos a salvo a consecuencia de la posible avalancha u otros factores.

Aunque las huellas desaparecen a unos 500 m de la tienda y algunas se separan para volverse a unir al grupo, cabe suponer que todos alcanzaron con vida el bosque. Las magulladuras que presentan algunos de ellos en frente, rostro y brazos parecen dar a entender que anduvieron por el bosque a oscuras, tal vez en busca de leña. También otros dos cadáveres presentan heridas similares en el interior de los muslos y las yemas de los dedos tal vez como resultado de trepar a algún árbol posiblemente con el mismo fin. Lo cierto es que obtuvieron la leña para poder hacer una fogata y calentarse y debieron hacerlo a toda prisa dada la temperatura.

Una vez desplazados al campamento improvisado junto al cedro, más o menos superado el susto inicial y probablemente ya junto a los militares (que podrían haber sido sólamente los dos cadáveres de más que se rumoreó que hallaron), ya acondicionados en parte con las prendas de ropa que habían podido rescatar de la tienda, se toma la decisión de volver a la tienda para estar en mejores condiciones de hacer frente tanto a los rigores del frío como a la amenaza aún latente.

Al no tener constancia de donde se hallaron esos dos cuerpos de más (asumiendo que fueran efectivamente hallados) se complica establecer como se pudo dividir el grupo pero parece razonable pensar que uno de ellos se quedara en la hoguera y otro acompañara al grupo que regresó a la tienda en busca de las armas, ropa y calzado y víveres.

A buen seguro la situación era ya aparentemente calma y nada les debió hacer prever que nunca llegarían de nuevo a la tienda. Sin embargo, apenas salir del abrigo del bosque empezaron las complicaciones. Tres cuerpos se hallaron en el camino entre la hoguera y la tienda, que en base a esta especulación podrían haber sido cuatro.

Ninguno de los cuerpos hallados portaba linterna, tal vez el soldado si lo hiciera y bien yendo al frente o en la retaguardia sería el primero en caer. De los tres restantes la mujer fue la que más se logró acercar al campamento y los dos hombres presentaban fracturas producto de intensa lucha cuerpo a cuerpo, tanto en las manos como en sus cráneos. Uno de ellos, el líder de la expedición portaba la camisa de uno de los que se había quedado junto a la hoguera y que incluía la foto de su expareja que, curiosamente, se incorporó al viaje a la tienda. Viendo que justamente ese sujeto presentaba señales en la axila y hombro derecho compatibles con haber sido transportado y era considerado uno de los más fuertes del grupo es posible que se hallara impedido en algún grado, ya sea a causa del frío u otros factores.

Lo más probable es que los que hicieron ese viaje fueran los primeros en morir pero no lo hicieron a causa de los traumatismos si no que yacieron sobre la nieve muriendo finalmente de hipotermia. El golpe más severo lo presentaba el otro varón en la parte frontal del cráneo que debió incluso dejarle inconsciente. Todos, también la mujer, presentaban notables signos de violencia en las manos, los dos varones incluso en las piernas. Ella que es la que más cerca de la tienda fue hallada no logró cubrir ni la mitad del trayecto. Es de suponer que el resto del grupo oyó claramente las señales de lucha cuando no los gritos.

Posiblemente el ataque se desplazara rápidamente a la hoguera, donde fueron hallados otros dos cuerpos de dos varones también con signos de violencia, contusiones en antebrazo que denotan defensa uno (el mismo que presenta lesiones compatibles son ser alzado por las axilas), contusiones en las manos que señalan confrontación el otro. Ambos murieron finalmente de hipotermia.
En el ataque a la hoguera es probable que se repitiera la maniobra envolvente puesto que el resto del grupo huyó hacia el cobijo de un terraplén en dirección a la tienda y, a pesar de morir los restantes, ahora ya sí, de lesiones traumáticas, debieron ser estos los último en fallecer.

En este último grupo se hayan el hombre y la mujer con varias costillas fracturadas severamente, lo cual no favorece la tesis de la avalancha. No parece que con esas lesiones hubieran podido abandonar la tienda por su propio pie, debieron producirse después.

En el que es el último campamento se halla una base hecha con ramas para separarse del contacto con la nieve. Fueron los cuerpos que más tardaron en localizarse, ya en la primavera. Por tal motivo uno puede pensar que la mayoría de lesiones que presentan, bastante peculiares, fueron producidas post mortem. Sin embargo la mujer, cuya lengua y músculos inferiores de la boca no se hallaron, presentaba una cantidad relevante de sangre en su estómago, dando prueba de que la lesión fue causada con el corazón aún bombeando. Es probable que gritara producto del pánico y que sus gritos exasperaran al menk. Se la halló de rodillas, apoyada contra una pared tal vez para aliviar el dolor que la propia respiración provocara en las numerosas costillas rotas en otras posturas.

Fue en esa cama de ramas donde se halló la polaina que el único participante en la expedición que se retiró a tiempo, a causa de un impedimento físico, identificó como no perteneciente al grupo.
A raíz de ese detalle murió, muchos años después, convencido de la implicación de los militares en los acontecimientos. Allí probablemente habría fallecido también el segundo soldado si aceptamos el rumor de los dos cuerpos extra.

El resto de cadáveres hallados, tres varones, se sitúan en un terraplén sobre la pared en que la mujer quedó apoyada. A algunos de esos cuerpos le faltan los ojos. Es posible que la mirada fija, atónita o desafiante de los cautivos enfureciera al menk. Tal vez las costillas rotas de algunos se fracturaran bajo el peso de su pie, abortando los último intentos de huida.

Hay señales forenses de que no todos los cadáveres murieron en la posición que fueron hallados.
Aventurar el resultado final de la operación militar de la caza del menk, que estaría en última instancia vinculada a este detalle y otras alteraciones del escenario del crimen va más allá del objetivo de estas líneas.

Tampoco la supuesta operación de espionaje o contraespionaje, que involucraría por lo menos a dos de los miembros de la expedición, tal vez a cuatro o más (si no a todos ellos, incluso el que esquivara la suerte de sus compañeros), sobre la revelación de secretos nucleares o liberación de información falsa y que explicaría satisfactoriamente la cuestión de la radiactividad es el objeto preciso de este análisis.

Quedan sin duda detalles en el aire de los aquí mencionados hasta ahora y otros que no, como la piel oscurecida, que tal vez alcanzaría para explicarse con las condiciones de frío extremo, o el tono algo pálido de los cabellos de las víctimas que sostienen algunas fuentes, que tal vez se pudiera explicar con el propio contraste en relación a la piel además del frío glacial.

También la cruz plantada en la nieve junto a la tienda que se aprecia en más de una fotografía y en más de un campamento, viendo lo comentado hasta aquí, pueda explicarse por sí sola.

Como nota a pie de página, a principios de 2016 un nuevo cadáver apareció en el que hoy ya es conocido como “paso Dyatlov”.

Mención aparte requieren los nombres de los picos próximos Otorten, que era el destino de la expedición y Xolatchaxl, en la loma del cual acamparon por última vez y que presenta unas curiosas reminiscencias mayas o aztecas en lo fonético. Se suele decir que el nombre del primero, Otorten, significa no vaya allí y Xolat-Syaxyl en mansi, los indígenas de la región, se suele traducir como montaña de los muertos.

Volviendo a la más estricta realidad, la conclusión de la investigación oficial fue que “los esquiadores fueron víctimas de una fuerza mayor desconocida” y bien pensado, a poco que uno sepa leer entre líneas, tal vez eso fue exactamente lo que sucedió. Que en paz descansen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario