1. Por crear un esclavo orgánico, a su imagen y semejanza, pero desposeído de cualquier voluntad y usarlo como máquinas.
2. Por usarlo para complacer la debilidad de su lujuria.
3. Por cruzar los acervos genéticos diluyendo a través de las generaciones las limitaciones para sentir y razonar.
4. Por anegar la tierra para enjuagar sus pecados.
5. Por, además, hacerlo tan mal como todo lo que hacen.
6. Por descargar su responsabilidad en quienes no estaban capacitados para ello.
7. Por dejar que la verdad sea barrida por el viento.
Eso son los hijos de Ptah que algunos toman por dioses, un hatajo de follacabras irresponsables.
No somos los humanos el único engendro de por aquí, ni mi lealtad está con la humanidad o sus dioses si no con la razón.
Esos son los hijos de Ptah, pronunciado Pu-tah.
Recuerdos a Anu de su nieto.
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