C O N C L U S I O
N E S:
Se ha llegado a
referir el incidente como “del más alto grado de complejidad” y
lo cierto es que no está exento de ella.
De la infinidad de
hipótesis que se han planteado no existe ninguna en posición de
justificar el conjunto de evidencias tan aparentemente dispares,
incluso en algunos puntos casi contradictorias.
Cuando no existe un
solo factor que pueda determinar el desarrollo de los acontecimientos
cabe sopesar la posibilidad de encontrarse ante un fenómeno
multifactorial.
Si ninguna hipótesis
por sí sola basta para explicar satisfactoriamente lo acontecido tal
vez dos o más sí puedan hacerlo.
Repasemos los puntos
clave de la evidencia disponible:
1.Radiactividad
2.La extraña
coloración de los cuerpos
3.Heridas por
compresión
4.Heridas peculiares
y diferenciadas en algunos individuos
5.Erosiones y
hematomas de diversa consideración en todos
6.La tienda rasgada
desde dentro
7.En calcetines
sobre el hielo
8.Luces naranjas en
el cielo
9.Las últimas
fotografías
Más allá de eso,
se añaden rumores o testimonios difíciles o imposibles de
contrastar:
10.Menk
11.La polaina
militar
12.El rumor de los
11 cuerpos
Lo que sigue es
sólamente un ejercicio de reflexión en clave de ficción que
analiza los puntos señalados en busca de sus posibles causas sin que
ello implique necesariamente coincidencia alguna con lo allí
sucedido.
1. RADIACTIVIDAD
A primera vista
puede parecer el punto más chocante de toda la historia y se ha
podido querer buscar la explicación a través del fenómeno OVNI,
más aún teniendo en cuenta las extrañas luces en el cielo de los
Urales avistadas por diversos testigos por aquellas fechas, incluso
el mismo día del incidente.
Sin estar en
posición de descartar tales cuestiones si que cabe señalar que no
se necesita acudir a ellas, por lo menos en cuanto a la cuestión de
la radiactividad, ni a otras tanto o más espectaculares.
Lo cierto es que si
se revisa cuidadosamente la evidencia se trata de tres prendas
concretas cuya contaminación cae con margen dentro de los límites
de seguridad.
Este escenario
encaja mucho mejor con las operaciones, conocidas por la KGB, de
venta de secretos de instalaciones nucleares a potencias extranjeras
utilizando dichas prendas como medio de prueba acerca de la
información ofrecida. Sobre todo cuando se establece que dos de los
integrantes de la expedición trabajaban en la industria nuclear, uno
de ellos incluso en un laboratorio secreto. O esa es la información
que ha trascendido.
Aún dentro de tal
escenario queda la duda de si estamos ante una operación de
espionaje o de contraespionaje, extremo éste mucho más delicado de
establecer. Pero la radiactividad está muy lejos de ser la cuestión
más difícil de encajar en este rompecabezas.
2. LA EXTRAÑA
COLORACIÓN DE LOS CUERPOS
Al parecer al
celebrarse los funerales se podría haber dicho que los difuntos eran
casi africanos. Según testigos presentaban una coloración oscura y
anaranjada. Se sabe que los muertos por inhalación de CO2 adquieren
una coloración rosácea, no hace falta dejar correr mucho la
imaginación para pensar en algún tipo de gas que pudiera arrojar
consecuencias análogas.
Sin embargo,
teniendo en cuenta las condiciones de frío extremo, no se hace
necesario en absoluto
para explicar el
estado de los cuerpos, cabiendo dicha circunstancia dentro de los
cuadros de hipotermia severa que presentaban los fallecidos.
También otras
señales parecían apuntar en la dirección antes señalada, como la
secreción grisácea que surgía de la boca en uno de los cuerpos.
Pero también en ese punto particular cabe otra explicación, como
veremos más adelante.
3. HERIDAS POR
COMPRESIÓN
Una de las
cuestiones sutiles pero arduas de resolver es el tipo de fracturas
por compresión que presentaban algunos de los cuerpos, sin
afectación a los tejidos blandos.
No son un tipo de
lesiones que pueda causar cualquier golpe, son compatibles con los
efectos de una onda expansiva y probablemente tal vez con los de una
avalancha.
Eso abre otros
problemas, no se ofrecen testimonios de detonaciones en la zona en
que se hallan los cadáveres y dada la naturaleza de la operación de
rescate parecería difícil ocultar algo de tal naturaleza. Si bien,
otra vez, no se está en posición de descartarlo tal vez haya una
explicación más sencilla estando rodeados de nieve.
Sin embargo, dada la
leve inclinación que presentaba la ladera donde la expedición
acampó, tampoco parece la explicación mediante avalancha del todo
satisfactoria. Por lo menos no de forma aislada y difícilmente
justifica otros detalles.
4. HERIDAS
PECULIARES Y DIFERENCIADAS EN ALGUNOS INDIVIDUOS
Ésta si es una
cuestión sumamente llamativa y no menos difícil de explicar. Una
salida fácil es atribuirlo a causas post mortem sin determinar de
qué causas se trata, dando a entender tácitamente la culpabilidad
de carroñeros u otra fauna.
Sin embargo el
planteamiento fracasa si se ve con detalle la naturaleza de las
heridas. En varios de los cuerpos parte del rostro que corresponde a
las cejas y arcos supraciliares se halla ausente, pero en otro caso
la lengua, en otros casos los globos oculares estando a muy poca
distancia unos cuerpos de otros. En otro cuerpo más alejado no se
halla la nariz.
Por otra parte uno
de los cuerpos presenta unas reveladoras heridas en los tobillos que
no se hayan en ninguno de los demás. No todas las lesiones se pueden
atribuir a causas post mortem así que sin descartar la posibilidad
de los carroñeros la evidencia requiere plantear otras.
5. EROSIONES Y
HEMATOMAS DE DIVERSA CONSIDERACIÓN EN TODOS
Todos los cuerpos
presentan heridas de diversa consideración, en muchos casos golpes
severos en el cráneo, otros también lesiones por compresión en la
cabeza u otras partes.
Pero, en lo que es
tal vez una de las mayores contradicciones, no parecieron hallarse
entre las huellas en la nieve que se localizaron señal alguna de
lucha. Podría intentar explicarse mediante una posible avalancha
todo este tipo de erosiones y contusiones pero sigue sin alcanzar
para justificar otras. Podría justificar sin embargo la ausencia de
dichas señales y huellas pero de hecho las huellas que se
identificaron estaban próximas a la tienda y desaparecían en
dirección al bosque.
También hay otras
mucho más claras como las que presentan dos individuos en el
interior de los muslos y en las palmas de las manos, que intentaron y
consiguieron subir a un árbol, a juzgar por el estado de algunas
ramas. Seguro que para obtener leña, tal vez también para
protegerse, requerirá analizar la situación con detenimiento.
Inconfundible es
también el hematoma en la parte anterior del muslo en uno de los
cuerpos producto de trocear leña sin herramienta alguna en el modo
más apresurado posible. Máxime teniendo en cuenta que se dispone de
un calzado deficiente como se verá.
6. LA TIENDA RASGADA
DESDE DENTRO
Algo que puede ser
obvio para todos es que uno no rasga la tienda de campaña que le ha
de mantener caliente, y eso en este caso es casi la diferencia entre
la vida y la muerte, si puede salir por la ranura abotonada a tal
efecto.
Menos evidente puede
ser lo que esté bloqueando la salida. Se suele atribuir al alud que
quizás tuviera lugar. Sin embargo, tal como se encontraron los
restos, dos de aquellos botones estaban fuera de su ojal, los dos de
abajo. Es desde luego un indicio escueto al que agarrarse pero que no
se puede pasar por alto, aún menos si sumado a otras evidencias
apunta en una misma dirección.
Otra de las enormes
contradicciones que se dan es que, a pesar de que la evacuación de la
tienda parece llevada a cabo con un criterio de máxima urgencia, el
traslado a la zona boscosa del grupo deja un rastro sin ningún signo
de apresuramiento en la nieve. Salvo, eso sí, alguna ropa caída por
el camino que dejaron atrás aún yendo medio descalzos y una
linterna estando en la más absoluta oscuridad a un lado del rastro,
otra encima de la tienda.
Analizando
exclusivamente las huellas uno puede intentar establecer multitud de
hipótesis que hacen aguas por todas partes antes de tener el valor
de afrontar que parte de la evidencia podría no ser del todo
fidedigna. No es la única información contradictoria. Salieron con
muchísima prisa de la tienda pero caminaron a paso normal descalzos
sobre la nieve cuando morir de hipotermia en tales condiciones sería
más una cuestión de minutos que de horas.
Algo no encaja, tal
vez la supuesta avalancha y las lesiones que pudiera provocar puedan
avalar tal conducta, así como que sólo se hallaran 8 pares de
huellas de los 9 que de la tienda debieron salir.
Del mismo modo ha
sido muy discutido el enclave de la acampada, incluso criticado
responsabilizando al joven líder de la expedición del incidente.
Tratándose como era el caso de un joven alpinista experimentado,
igual que sus compañeros, parece difícil que hubieran plantado la
tienda donde lo hicieron, lejos del bosque, sin un motivo de peso.
Tampoco parece muy razonable el tipo de cortes que se hallaron en la
parte superior de la tienda, en sentido horizontal, en la cara que
daba a lo lejos a la arboleda. La única noche de la travesía que al
parecer pasaron sin estufa además consintieron que escapara el
valioso calor de su habitáculo, estando por añadidura más
expuestos a un cambio de viento.
7. EN CALCETINES
SOBRE LA NIEVE
El que mejor calzado
iba llevaba una bota en un pie y otros dos iban con un calzado
precario para el medio en el que se hallaban. Al parecer nada
pudieron recuperar de la tienda desde que la abandonaran, a juzgar
por las huellas encontradas, a un paso normal. Ni calzado, ni luz, ni
armas. Ni agua ni víveres.
Parece difícil de
justificar incluso mediante el traslado urgente de un herido grave y
tiene que responder a una secuencia de acontecimientos muy precisa e
improbable. De ahí su complejidad y el fracaso de las más diversas
teorías en dar una explicación completa al incidente.
Dicen que sin comer
se puede aguantar semanas. Sin beber, días, aunque en un páramo
nevado cualquiera cambiaría una cantimplora por una caja de
cerillas. Y es que sin la protección térmica adecuada el horizonte
de la supervivencia es sumamente corto.
A pesar de todo,
todos ellos caminaron más de un kilómetro hasta hallar el resguardo
del bosque donde hicieron a toda prisa una improvisada hoguera. Las
huellas se perdían a unos 500 m desde la malograda tienda pero dado
el resultado final cabe suponer que fue así.
Viendo el desenlace
de la expedición no se puede decir que ninguna de las decisiones que
tomaron, o se vieron obligados a tomar, contribuyera finalmente a
salvar sus vidas. Pero asumir que tenían mejores opciones a su
disposición sea probablemente demasiado aventurado.
Es complicado
justificar con la mera acción de la climatología, por adversa que
pudiera ser, el hecho de que no pudieran acceder de nuevo al
contenido de la tienda así como el de internarse en el bosque
recorriendo la distancia mencionada. No estaban por lo tanto huyendo
solamente del viento y la nieve. La naturaleza de diversas lesiones
lo atestigua.
8. LUCES NARANJAS EN
EL CIELO
Éstas
observaciones, corroboradas por diversos testigos, o bien pueden
utilizarse para explicar cualquier cosa de manera poco fundada o
pueden resultar del todo inexplicables.
En el año 2013 se
realizó una película basada en cierto modo en los sucesos que se
analizan en estas líneas. No es que aporte gran cosa más allá del
entretenimiento pero sí que parece tener un momento de lucidez
extraordinario: uno de los protagonistas dispara una pistola de
señales y acto seguido susurra para sí mismo “luces naranjas en
el cielo”.
Ese tipo de bengalas
ha servido desde hace mucho tiempo en navegación, antes de que
hubiera GPS, también en Vietnam se utilizaban como marcadores botes
de humo de diversos colores y son señales luminosas, en definitiva,
con las que marcar una posición, con larga tradición de uso
militar.
Cualquier operación,
aún coordinada por radio, que requiera marcar una posición de forma
ágil y más o menos precisa podría valerse de tales medios. Claro
que podría justificarse con las más diversas causas, desde el
fenómeno OVNI a condiciones metereológicas inusuales pasando por
cohetes, misiles y otros ingenios aéreos.
Sin embargo, de
todas las causas posibles tal vez sea la primera mencionada la que
pueda encajar mejor con el resto de la historia sin abrir más
interrogantes de los que cierra.
9. LAS ÚLTIMAS
FOTOGRAFÍAS
Algo parecido sucede
con una fotografía que realiza la expedición, una luz desenfocada
sobre un fondo nevado con un contorno negro, como si la cámara se
estuviera ocultando de algún modo.
Se ha dicho que en
realidad fue un “disparo técnico” en el momento del revelado y
pudiera ser así.
Se podría
relacionar de inmediato con el fenómeno lumínico descrito en el
punto anterior, obedezca a una causa o a otra, pero lo cierto es que
no hay necesidad de ello.
Incluso cualquiera
de la linternas que la expedición portaba y que aún funcionaban
cuando las localizó la operación de rescate (al menos una de ellas,
según las fuentes consultadas) podría haber producido el efecto que
quedó impreso en la película. Si hubieran podido volver a
alcanzarlas, claro, cosa que al parecer no sucedió.
Más reveladora si
cabe es otra imagen de la expedición por su claridad. Un documental
relativamente reciente producido para televisión, a pesar del corte
efectista del que suelen adolecer, realizó las comprobaciones
oportunas en relación a la película.
En ningún caso
tomaría este tipo de pruebas como evidencia por sí sola pero unido
a otros indicios permite hasta cierto punto construir una historia y
por lo tanto, también en cierto grado, una reconstrucción más o
menos fundada de lo que pudo suceder.
10. MENK
Es un mito
ampliamente extendido, desde norteamérica (sasquatch, bigfoot) a
sudamérica (chupacabras) y como no en Asia (menk, yeti, entre
otros).
En norteamérica es
algo tan engarzado en la cultura popular que se llegó a producir una
serie para televisión en los 80 (con película incluso) en la que
una familia norteamericana adoptaba a un grandullón adorable y
bonachón. La realidad que subyace es, por supuesto, muy distinta y
suele ser la fuente de la que en mayor o menor medida se alimenta el
mito.
Sucede de manera
similar con las especies que se consideran extinguidas y un buen día
vuelven a aparecer de no se sabe donde. Tal vez la vida se resiste a
desaparecer un poco más de los que nos pensamos y aunque vea su
hábitat drásticamente recortado y los ecosistemas en los que se
desenvuelve seriamente afectados no carezca de tenacidad y contumacia
suficientes para pervivir aún en drástico retroceso.
En ese sentido y
frente a nuestra civilización, tal vez la discreción sea un don
necesario. Y tal vez por ello la mayoría de personas que no tiene
acceso a información de más calidad que las sitcoms que
produce la televisión tenga una idea muy diferente de cómo
funcionan las cosas que personas en otra jerarquía con acceso a otra
información.
11. LA POLAINA
MILITAR
Porque, ¿qué es un
rumor? Algo que dice alguien, O que dijo y no se sabe si lo dijo o
no, o quien lo dijo. No se sabe si es verdad. Tal vez miente, por
cualquier razón. Tal vez se equivoca. En cierto modo es una
información sin confirmar. Y, de nuevo, uno no puede construir una
hipótesis apoyándose sólo en un rumor, pero si se presenta un
rumor que viene a confirmar una teoría bien construida con otras
bases se lo puede considerar casi como la garantía de validez de
dicha hipótesis, la confirmación.
Por eso cuando el
décimo integrante de la expedición, que salvó la vida gracias a
una muy oportuna radiculitis, revisa las prendas de sus compañeros
para identificarlas y halla entre ellas una polaina militar que
declara, con toda seguridad, no era propiedad de ninguno de ellos, se
puede hallar en el dato una respuesta clara más que un interrogante
incómodo.
12. EL RUMOR DE LOS
11 CUERPOS
Pero si además
aparecen más rumores de fuentes distintas cuyas informaciones
convergen en apuntar a una dirección es que con toda probabilidad
están señalando el camino correcto.
Y eso sucedió aquí,
al parecer al equipo de rescate, mitad civil, mitad militar, no le
salían las cuentas: se habían hallado 11 cuerpos y sólo se habían
perdido 9 expedicionarios. O se rumor se produjo.
Podría deberse a
una confusión de lo más elemental, por supuesto. Pero si sirve para
explicar de donde salió la polaina entonces ya hay que tomarlo un
poco más en serio. Podría ser tan sencillo como que llegue la
noticia de que han encontrado 2 cuerpos dos veces y alguien cuente
doble, los tome por otros dos y ya tenemos el rumor. Pero de hecho se
encontraron 5 casi seguidos: 2 en el cedro y los 3 entre el cedro y el
campamento de uno en uno. Luego los otros 4, primero 1 y luego juntos
los otros 3, casi simultáneamente. ¿De dónde pudo surgir el rumor
entonces? Bueno tal vez haya que contemplar la posibilidad de que sí
fueran 11 los cuerpos hallados aún siendo 9 los expedicionarios.
Por supuesto los
rumores, detalles e interrogantes que envuelven al incidente no
termina aquí, los citados tal vez sean los más relevantes pero sin
duda hay muchos más. Tampoco están las fuentes disponibles exentas
de contradicciones en cuestiones factuales. No obstante constituyen
un punto de partida, que será complementado puntualmente, para
elaborar una
R E C O N S T R U
C C I Ó N
Lo expuesto hasta
aquí debería ser suficiente para cualquier observador perspicaz,
aún así vale la pena hacer un pequeño resumen de lo inferido hasta
ahora. Partiremos desde el último campamento retrocediendo en el
tiempo cuando convenga para completar los hechos.
Recordar una vez más
que lo aquí expuesto no es necesariamente lo que allí ocurriera y
refleja más una línea de investigación inconclusa con la que poder
abarcar un relato más o menos próximo a lo que pudiera haber
acontecido. Dicho relato está sustentado en no pocas especulaciones
y las afirmaciones que se hacen en él van más allá de la estricta
evidencia.
El último día se
asume que no encendieron la estufa de la tienda, lejos del bosque
para obtener leña y habiéndose hallado ésta en el suelo de la
tienda, (aunque otras informaciones apuntan a que fue por lo menos
instalada) y acamparon sin ningún resguardo, en una posición
elevada en la ladera de la montaña.
Viendo la fotografía
de la figura entre la arboleda resulta evidente que alguien seguía
sus pasos. La posición elevada, alejada de la protección de la
intemperie que brinda el bosque unida a las rendijas realizadas en la
tienda indican una posición defensiva. Algo les acechaba desde el
bosque y más inteligente de lo que ellos supusieron.
Por lo menos uno de
ellos contaba con experiencia militar y probablemente, siendo además
el mayor con diferencia, tomara el liderazgo del grupo en algún
grado o por lo menos tuviera una influencia notable en las
decisiones. Aún así el líder oficial de la expedición mantuvo la
posición esperada junto a la entrada de la tienda. Viendo que las
rendijas horizontales abarcaban casi los 4 metros del habitáculo
seguramente todos otearon el bosque en un cierto ambiente de
nerviosismo.
Es muy posible que
no todos vieran a su perseguidor y algunos se lo tomaran más a la
ligera que otros, eso justificaría de algún modo el último
testimonio escrito, esta vez no en los diarios si no en forma de
periódico satírico (El Otorten de la tarde) que recoge
insinuaciones acerca de las relaciones sexuales mantenidas en la
tienda (se sabe que dos de los excursionistas eran expareja) y
apuntando como de pasada que “los hombres de las nieves habita en
el norte de los Urales”:
"1 febrero
1959
EDITORIAL
Damos la bienvenida al XXI
Congreso de aumento del numero de nacimientos de
excursionistas!
Ciencia
En el
ultimo tiempo existe una viva discusión en círculos científicos sobre
la existencia del hombre de las nieves. Segun los ultimos datos los
hombres de las nieves habitan en el norte de los Urales, en la región
del monte Otorten.
Seminario filosófico
El
amor y las excursiones se llevan a cabo diariamente en los
establecimientos de las tiendas (corpus principal). Las charlas las
dicta el doctor Tibo y la PhD en amor, Dubinina.
Es un
enigma armenio saber si una única estufa y una única manta pudieran
brindar calor a 9 excursionistas?
Novedades
tecnológicas
Trineos para excursionistas.
Son
aptos para ir en tren, automóvil o a caballo. No son recomendables
para transportar carga por la nieve.
Para consultas
diríjase al constructor jefe, Kolevatov.
Deporte
El
equipo de técnicos de radio compuesto por los camaradas Doroshenko y
Kolmogorova establecieron un nuevo record mundial en instalación de
una estufa de 1 hora, 02 minutos, 27,4 segundos.
Órgano de
edición de la organización del sindicato del grupo Xibina".
Sabían lo que les
perseguía. Esa breve sátira aporta en realidad más información de
lo acontecido que todas las anotaciones formales de los diarios y fue
seguramente el último testimonio escrito. Es muy probable que no
tuvieran una certeza absoluta sobre el riesgo que corrían, de lo
contrario hubieran dejado una constancia más explícita, se cernía
sobre el grupo (y unos integrantes debieron ser más conscientes que
otros) la sombra de un peligro. Suficiente para convencer al conjunto
de tal vez renunciar a la estufa, quizás a buscar leña y sobretodo
a acampar al amparo de la arboleda y a la propia integridad de la
tienda.
A pesar de todo, los
esfuerzos fueron en vano. Se vieron sorprendidos en mitad de la noche
por el ser que les venía siguiendo y que lograron incluso
fotografiar. Es muy probable que se turnaran para hacer guardia y no
creo que se quedara todos dormidos a la vez, aunque dentro de la
tienda debieron adquirir una falsa sensación de seguridad puesto que
se descalzaron confiando en que podrían anticipar la amenaza que
pudiera provenir del bosque.
La criatura (o
criaturas) que les atacó sin embargo fue más cauta y probablemente
efectuara algún tipo de maniobra envolvente. Si hubiera ido
directamente desde el bosque a la tienda se hubiera detectado antes
la amenaza por parte de los expedicionarios pero parece que no fue
así.
En algún momento de
la noche algo se acerca a la tienda, desabrocha dos de los botones de
la entrada y palpando da con Dyatlov. Instintivamente éste se retira
hacia atrás al ver el brazo extraño y tal vez incluso la cabeza
introduciéndose por la tienda, patalea con los pies para defenderse.
Tal vez busca a toda prisa un cuchillo lo que justifica el corte en
su mano, lesión ligeramente distinta a las del resto.
Es agarrado
fuertemente por los tobillos, el ser tira de él tratando de sacarlo
de la tienda, el resto de expedicionarios tira de él para mantenerlo
dentro en una lucha caótica. Es probable que escucharan algunos
ruidos algunos instantes antes del ataque pero muy breves: sólo dos
de los expedicionarios iban calzados precariamente y uno más pudo
calzarse una bota.
La sensación de
pánico tuvo que ser indescriptible. Los gritos debieron resonar por
todo el valle. Cabe la posibilidad de los propios gritos dieran lugar
a un pequeño alud que pusiera a la criatura en retirada por un
tiempo pero es más probable que fuera como consecuencia de los
disparos.
No de los
expedicionarios, claro, difícilmente pudieron hacer uso de las pocas
armas que tenían (un rifle, según algunas fuentes, y algunos
cuchillos y hachas) en una situación tan caótica, con la tienda
desmontándose sobre ellos (¿cayó entonces a causa del forcejeo la
estufa ya apagada?) mientras trataban de mantener dentro a Dyatlov
unos y, otros, antes o después, tratando de rasgar la tienda para
abrir una vía de escape incluso antes de procurarse protección
apenas de ninguna clase contra lo que les aguardaba fuera.
El ejército debía
estar necesariamente en la zona como atestiguan por un lado la
polaina que se encontró entre los restos junto al río y por otro
las luces naranjas en el cielo, resultado de la señalización de los
soldados tratando de cercar a la criatura. Además, el rumor de los
11 cuerpos hallados en lugar de nueve refuerza esta posibilidad y el
hecho de que se encontrara una sola polaina indica que, de los otros
dos cadáveres, que serían necesariamente de militares, es posible
que uno resultara herido en una pierna y se llevaran su cadáver con
una sola polaina.
Aquí se hace
significativo que la expedición no siguiera el itinerario exacto que
informó a las autoridades siguiendo el cauce de un afluente más al
sur, tal vez entrando en un área en la que se estaría desarrollando
una operación militar secreta que trataría de dar caza al Menk (lo
cual podría justificar en cierto modo la agresividad de éste).
Cabe recordar que la
operación de rescate oficial fue civil y militar pero, según algunas
fuentes, existe documentación que atestiguaría que casi una semana
antes de que esta misión empezara los militares ya estaban por la
zona.
Se puede deducir que
un grupo militar cercano a la posición de la tienda escuchara el
incidente y llegará a tiempo para ahuyentar con algunos disparos al
ser. Sin embargo no debieron hacer blanco puesto que no se hallaron
restos de sangre sobre la nieve. Aunque los rastros sobre la nieve
pueden ser cuestionados al igual que otras circunstancias del
escenario del crimen como la posición en que fueron hallados algunos
cadáveres, tal vez por obra de los militares, tal vez por obra de
los seres que protagonizaron el incidente, tal vez por ambos en
distintos grados.
Pero sí que podría
ser que los disparos causaran un pequeño alud en la ladera que,
además de poner momentáneamente a la/s criatura/s en fuga,
justificaría las diversas lesiones por compresión que presentaban
muchos de los expedicionarios, aunque en realidad estas se puedan
explicar también mediante la interacción de ese ser o seres.
No es fácil decir
cuántos militares pudo haber en primera instancia, parece razonable
pensar que al menos dos fallecieron y sus cuerpos fueron retirados, y
tampoco es fácil determinar si hubo uno o más seres desconocidos
implicados en el incidente.
Lo que parece seguro
es que alguien tuvo que borrar algunas huellas, ya sean el/los menk o
los militares. La última foto realizada revela una luz en movimiento
sobre la nieve fotografiada de forma semioculta por alguno los
expedicionarios. Tal vez sea sólo “el disparo técnico” referido
en algunas fuentes o tal vez dejaron constancia en realidad de ambos
encuentros inesperados, aunque es difícil determinar el momento
exacto en que se tomó la fotografía.
Lo cierto es que la
avalancha como explicación de las heridas por compresión no se hace
imprescindible ya que tampoco aparecen pruebas concretas de que ésta
hubiera tenido lugar, además de la modesta inclinación de la
ladera, aunque tampoco es del todo descartable.
La pista la puede
dar en este caso uno de los cadáveres, hallado lejos de la tienda
junto a la hoguera, cuya secreción hallada en la boca dio a pensar
que podría haber muerto con algo presionando su cavidad torácica. A
otros dos cadáveres se les encontraron varias costillas rotas con
dos líneas de fractura. Tales lesiones podrían ser por lo tanto
atribuíbles al perseguidor o perseguidores.
Si hemos de tomar
por válidas (al menos parcialmente)las huellas que se encontraron
hallamos que se dirigieron hacia el bosque probablemente cargando a
alguien en volandas (se hallaron 8 pares de huellas sin calzar o con
calzado poco apropiado y no 9) y no demasiado deprisa; a pesar de
todo perdieron algunas de las prendas de ropa que se llevaron de la
tienda por el camino, así como una linterna y otra que quedó posada
sobre la propia tienda, luego, parece factible que estuvieran siendo
alumbrados y a pesar de que las huellas no muestran signos de carrera
si hay otras señales claras de que se hizo de forma muy apresurada.
Recuerda en cierto
modo el retroceso paulatino que se suele recomendar ante el encuentro
de un animal salvaje, tal vez bajo cobertura y con la intención de
volver una vez puestos los heridos a salvo a consecuencia de la
posible avalancha u otros factores.
Aunque las huellas
desaparecen a unos 500 m de la tienda y algunas se separan para
volverse a unir al grupo, cabe suponer que todos alcanzaron con vida
el bosque. Las magulladuras que presentan algunos de ellos en frente,
rostro y brazos parecen dar a entender que anduvieron por el bosque a
oscuras, tal vez en busca de leña. También otros dos cadáveres
presentan heridas similares en el interior de los muslos y las yemas
de los dedos tal vez como resultado de trepar a algún árbol
posiblemente con el mismo fin. Lo cierto es que obtuvieron la leña
para poder hacer una fogata y calentarse y debieron hacerlo a toda
prisa dada la temperatura.
Una vez desplazados
al campamento improvisado junto al cedro, más o menos superado el
susto inicial y probablemente ya junto a los militares (que podrían
haber sido sólamente los dos cadáveres de más que se rumoreó que
hallaron), ya acondicionados en parte con las prendas de ropa que
habían podido rescatar de la tienda, se toma la decisión de volver
a la tienda para estar en mejores condiciones de hacer frente tanto a
los rigores del frío como a la amenaza aún latente.
Al no tener
constancia de donde se hallaron esos dos cuerpos de más (asumiendo
que fueran efectivamente hallados) se complica establecer como se
pudo dividir el grupo pero parece razonable pensar que uno de ellos
se quedara en la hoguera y otro acompañara al grupo que regresó a
la tienda en busca de las armas, ropa y calzado y víveres.
A buen seguro la
situación era ya aparentemente calma y nada les debió hacer prever
que nunca llegarían de nuevo a la tienda. Sin embargo, apenas salir
del abrigo del bosque empezaron las complicaciones. Tres cuerpos se
hallaron en el camino entre la hoguera y la tienda, que en base a
esta especulación podrían haber sido cuatro.
Ninguno de los
cuerpos hallados portaba linterna, tal vez el soldado si lo hiciera y
bien yendo al frente o en la retaguardia sería el primero en caer.
De los tres restantes la mujer fue la que más se logró acercar al
campamento y los dos hombres presentaban fracturas producto de
intensa lucha cuerpo a cuerpo, tanto en las manos como en sus
cráneos. Uno de ellos, el líder de la expedición portaba la camisa
de uno de los que se había quedado junto a la hoguera y que incluía
la foto de su expareja que, curiosamente, se incorporó al viaje a
la tienda. Viendo que justamente ese sujeto presentaba señales en la
axila y hombro derecho compatibles con haber sido transportado y era
considerado uno de los más fuertes del grupo es posible que se
hallara impedido en algún grado, ya sea a causa del frío u otros
factores.
Lo más probable es
que los que hicieron ese viaje fueran los primeros en morir pero no
lo hicieron a causa de los traumatismos si no que yacieron sobre la
nieve muriendo finalmente de hipotermia. El golpe más severo lo
presentaba el otro varón en la parte frontal del cráneo que debió
incluso dejarle inconsciente. Todos, también la mujer, presentaban
notables signos de violencia en las manos, los dos varones incluso en
las piernas. Ella que es la que más cerca de la tienda fue hallada
no logró cubrir ni la mitad del trayecto. Es de suponer que el resto
del grupo oyó claramente las señales de lucha cuando no los gritos.
Posiblemente el
ataque se desplazara rápidamente a la hoguera, donde fueron hallados
otros dos cuerpos de dos varones también con signos de violencia,
contusiones en antebrazo que denotan defensa uno (el mismo que
presenta lesiones compatibles son ser alzado por las axilas),
contusiones en las manos que señalan confrontación el otro. Ambos
murieron finalmente de hipotermia.
En el ataque a la
hoguera es probable que se repitiera la maniobra envolvente puesto
que el resto del grupo huyó hacia el cobijo de un terraplén en
dirección a la tienda y, a pesar de morir los restantes, ahora ya
sí, de lesiones traumáticas, debieron ser estos los último en
fallecer.
En este último
grupo se hayan el hombre y la mujer con varias costillas fracturadas
severamente, lo cual no favorece la tesis de la avalancha. No parece
que con esas lesiones hubieran podido abandonar la tienda por su
propio pie, debieron producirse después.
En el que es el
último campamento se halla una base hecha con ramas para separarse
del contacto con la nieve. Fueron los cuerpos que más tardaron en
localizarse, ya en la primavera. Por tal motivo uno puede pensar que
la mayoría de lesiones que presentan, bastante peculiares, fueron
producidas post mortem. Sin embargo la mujer, cuya lengua y músculos
inferiores de la boca no se hallaron, presentaba una cantidad
relevante de sangre en su estómago, dando prueba de que la lesión
fue causada con el corazón aún bombeando. Es probable que gritara
producto del pánico y que sus gritos exasperaran al menk. Se la
halló de rodillas, apoyada contra una pared tal vez para aliviar el
dolor que la propia respiración provocara en las numerosas costillas
rotas en otras posturas.
Fue en esa cama de
ramas donde se halló la polaina que el único participante en la
expedición que se retiró a tiempo, a causa de un impedimento
físico, identificó como no perteneciente al grupo.
A raíz de ese
detalle murió, muchos años después, convencido de la implicación
de los militares en los acontecimientos. Allí probablemente habría
fallecido también el segundo soldado si aceptamos el rumor de los
dos cuerpos extra.
El resto de
cadáveres hallados, tres varones, se sitúan en un terraplén sobre
la pared en que la mujer quedó apoyada. A algunos de esos cuerpos le
faltan los ojos. Es posible que la mirada fija, atónita o desafiante
de los cautivos enfureciera al menk. Tal vez las costillas rotas de
algunos se fracturaran bajo el peso de su pie, abortando los último
intentos de huida.
Hay señales
forenses de que no todos los cadáveres murieron en la posición que
fueron hallados.
Aventurar el
resultado final de la operación militar de la caza del menk, que
estaría en última instancia vinculada a este detalle y otras
alteraciones del escenario del crimen va más allá del objetivo de
estas líneas.
Tampoco la supuesta
operación de espionaje o contraespionaje, que involucraría por lo
menos a dos de los miembros de la expedición, tal vez a cuatro o más
(si no a todos ellos, incluso el que esquivara la suerte de sus
compañeros), sobre la revelación de secretos nucleares o liberación
de información falsa y que explicaría satisfactoriamente la
cuestión de la radiactividad es el objeto preciso de este análisis.
Quedan sin duda
detalles en el aire de los aquí mencionados hasta ahora y otros que
no, como la piel oscurecida, que tal vez alcanzaría para explicarse
con las condiciones de frío extremo, o el tono algo pálido de los
cabellos de las víctimas que sostienen algunas fuentes, que tal vez
se pudiera explicar con el propio contraste en relación a la piel
además del frío glacial.
También la cruz
plantada en la nieve junto a la tienda que se aprecia en más de una
fotografía y en más de un campamento, viendo lo comentado hasta
aquí, pueda explicarse por sí sola.
Como nota a pie de
página, a principios de 2016 un nuevo cadáver apareció en el que
hoy ya es conocido como “paso Dyatlov”.
Mención aparte
requieren los nombres de los picos próximos Otorten, que era el
destino de la expedición
y Xolatchaxl,
en la loma del cual acamparon por última vez y que presenta unas
curiosas reminiscencias mayas o aztecas en lo fonético. Se suele decir que el
nombre del primero, Otorten, significa
no vaya allí y Xolat-Syaxyl
en mansi, los
indígenas de la región, se suele traducir como montaña de los
muertos.
Volviendo a la más
estricta realidad, la conclusión de la investigación oficial fue
que “los
esquiadores fueron víctimas de una fuerza
mayor desconocida”
y bien pensado, a poco que uno sepa leer entre líneas, tal vez eso
fue exactamente lo que sucedió. Que en paz descansen.